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¡La producción es sustentable!

Publicado originalmente en Fundación Producir Conservando.

La diversidad y rotación de cultivos en la agricultura argentina es la clave para alcanzar 170 millones de toneladas de producción en 2030, conservando nuestros suelos.

La proyección de producción agrícola presentada por la Fundación Producir Conservando marca llegar al 2030 a 40 millones de hectáreas ocupadas, 44 millones sembradas, incluido el doble cultivo y con ello alcanzar 170-173 millones de Tn producidas, frente a los 128 millones de toneladas logradas esta campaña.

 

Se planteó claramente en el Seminario que las limitantes centrales para que ello ocurra están vinculadas a cuestiones políticas, macroeconómicas, institucionales, política fiscal, infraestructura y no al posible crecimiento del área o los rendimientos que se plantean alcanzar.

 

Este importante aumento de la producción tiene su base en una mejora global del Sistema de Producción y para que ello ocurra es indispensable contar con una buena rotación de cultivos dentro del sistema productivo.

 

Diversidad e Intensidad de cultivos en la rotación es el pilar fundamental que nos planteó el Dr. Dwayne Beck, de SD State University a mediados de los años 90, para pensar en un Sistema Sustentable y sin dudas es por ahí donde debemos ir.

 

El aporte de rastrojos voluminosos y de alta relación C/N (Maíz-Sorgo-Trigo-Cebada etc.) que deben mantenerse en forma superficial como cobertura del suelo, alternados con aportes menores realizados por cultivos como Soja y Girasol, implican reposición de la materia orgánica del suelo, aportes importantes de distintos sistemas radiculares y microorganismos al suelo y el aporte del Nitrógeno logrado por la fijación simbiótica del cultivo de Soja.

 

Diversidad en el tiempo de uso del suelo, menor riesgo climático, control de malezas, plagas y enfermedades y notable mejora de la eficiencia en el uso del agua entre otros factores, son el resultado visible de una buena rotación de cultivos.

 

Está claro que el impacto de los precios internacionales y la política fiscal interna de la Argentina genera cambios importantes en la decisión de siembra de por ejemplo cultivos de cereales (hoy con menores derechos de exportación) y de Soja (con el máximo valor de derechos de exportación actualmente). El estancamiento del área sembrada de los últimos 10 años en Argentina en valores cercanos a los 35/36 millones de hectáreas son el resultado de estas políticas, pero es claro el beneficio enorme que se genera al sistema de producción alternando distintos cultivos no solo por la mejora clara de las propiedades de los suelos sino por el importante impacto en la productividad de los mismos y ello es el reaseguro para no volver atrás.

 

Imposible pensar que el crecimiento logrado en los últimos 20/25 años en la producción agrícola vaya para atrás. Los desequilibrios de precios internacionales, presión fiscal, malezas resistentes, falta de previsibilidad en la actividad son una constante en todas las campañas y aun así se sigue adelante.

 

Veamos algunos ejemplos del impacto positivo de la rotación de cultivos en el sistema productivo:

 

El aporte importante de un cultivo muy voluminoso como el Maíz en la rotación en Charata (Chaco) (Grupo Los Gatos. CREA Charata) mejoró sensiblemente el aporte de residuos al suelo, la eficiencia en el uso del agua de lluvia, al mantener ritmos de infiltración mayores en el suelo y menores pérdidas por evaporación. Esto sumado a otros efectos favorables permitió mayores rendimientos promedio y menores Coeficientes de variación anual entre años de Maíz y de Soja, en una situación productiva difícil como en Charata Chaco.

 

Rendimiento de maiz según % en la rotación

Rendimiento de soja según ms rastrojo

 

Para el caso de la zona Núcleo Agrícola (Venado Tuerto) la implementación de una rotación Maíz-Soja-Trigo/Soja…. desde 1990, en Siembra Directa, sumando un cultivo de cobertura entre Maíz y Soja en los últimos años y un planteo de reposición de nutrientes inteligente, permite lograr una proporción mayor al 50% de Cereales Vs Soja en la rotación, la mejora constante de los rendimientos de los cultivos y fundamentalmente de la eficiencia del uso del agua de lluvia, medida en milímetros de agua de lluvia, necesarios en el ciclo de cada cultivo, para producir una tonelada de grano.

 

 

En promedio entre 1983/1987 fueron necesarios 135 mm de lluvia en el ciclo del cultivo (Agosto/Febrero) por cada tonelada de Maíz producido y el promedio en 2021/2023 fue de 38 mm por tonelada.

 

Sin dudas son muchos los factores determinantes de la mejora en la eficiencia del uso del agua de lluvia en el ciclo de cada cultivo y para el caso de Venado Tuerto se repite la misma tendencia en todos los cultivos que integran la rotación antes comentada. Para el caso de Trigo en los mismos períodos considerados se pasó de 160 a 76 mm de lluvia por Tn producida y en Soja de 330 mm a 135.

 

La sumatoria de las tecnologías aplicadas en los últimos años en la producción de cultivos, es la responsable del incremento notable de productividad en las distintas zonas de producción, ya que este fenómeno se verifica en toda el área agrícola en el País con mayor o menor intensidad.

 

                                               

Otro dato relevante es el cambio registrado en el uso de combustibles fósiles (Gas Oíl en este caso) por la incorporación de Siembra Directa a los sistemas productivos. En Venado Tuerto el pasaje de siembra convencional a siembra directa a partir de 1990 implicó una reducción del uso de combustibles por menores pasadas de maquinaria y no labranzas de 48 a 21 lts/Ha sembrada y si lo referimos a al uso de combustibles por tonelada producida, fue de 10,2 lts a 3,4 lts de G.Oil por Tn producida en el promedio de la rotación de cultivos del campo.

 

Llevado a emisiones de CO2 en el gráfico adjunto se puede ver el impacto de la reducción lograda.

 

 

Está claro que la Agricultura Argentina se encuentra estancada en los últimos 10 años en una siembra de 35/37 millones de hectáreas y 110/130 millones de toneladas y los motivos del estancamiento nada tienen que ver con las decisiones de quienes producen.

 

También es importante destacar que entre el 2002 y 2023 pasamos de 27 millones de hectáreas sembradas a 37 millones y de una producción de 70 millones de toneladas a 128 millones según las últimas estimaciones y la suma de tecnologías utilizadas (rotación de cultivos, siembra directa y reposición de nutrientes fundamentalmente) son las responsables de dicho crecimiento y serán claves para alcanzar los 170/173 millones de Tn al 2030, Sustentablemente.

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