Conversamos con dos referentes de la Agricultura de Precisión en Argentina. ¿Cómo invertir en tecnologías y aprovecharlas al máximo?
El advenimiento de las herramientas digitales en el agro generó una amplísima oferta de tecnologías disponibles. Celulares, tablets, drones, sensores y scanners emergieron como nuevos implementos para el manejo y la toma de decisiones. Sin embargo, en Argentina las bondades de estas herramientas no son aprovechadas de forma óptima.
Danel Leiva es un productor agropecuario radicado en Ceres (SFE) y se especializa en agricultura de precisión. Al consultarle sobre el tema de esta nota, expresó que “es muy fácil dejarse vislumbrar por las soluciones digitales”. Para él, es normal adquirir herramientas antes de identificar las necesidades productivas. “Pensamos que las tecnologías por sí solas van a solucionar los problemas del manejo. Si no identifico las necesidades antes de comprar, es como poner la carreta delante del caballo”, apuntó.
Para capturar todo el potencial de las soluciones digitales, Leiva sostuvo la importancia de conocer los problemas concretos a corregir y las personas involucradas en los procesos. Con este panorama, podemos analizar las tecnologías disponibles y conducirlas hacia el objetivo. “En este camino, hay que estar dispuesto a rediseñar el proceso. De lo contrario, no vamos a lograr el impacto deseado ni aprovechar el verdadero potencial de las soluciones digitales”, agregó el productor.
Para esta nota también conversamos con Diego Chiaraviglio, un conocido de la casa con una gran trayectoria en diagnóstico y fertilidad de suelos. En la misma línea, Chiaraviglio comentó que es usual que los productores adquieran tecnologías y luego se pregunten qué hacer con ellas. Para él, primero hay que organizar procesos, saber hacia dónde orientar el manejo y recién ahí sumar herramientas que cumplan con la función pretendida.
De la medición a los datos, de los datos a la información
Para Leiva, es crucial comprender que los datos no existen por sí solos. Hay que medirlos, gestionarlos y convertirlos en información. Para dicho fin escogió GeoAgro, un sistema de información geográfica (GIS) capaz de seguir la evolución de los cultivos y analizarla a través de reportes y mapas interpretables por la maquinaria.
Los datos integrados se utilizan para identificar ambientes, detectar potenciales con análisis de suelos, proponer correcciones y manejar insumos con dosis variable, auditar labores y, fundamentalmente, generar los mapas de rinde.
“Con los mapas de rinde cerramos el circuito y dejamos la puerta abierta para comenzar con el análisis de datos”, comentó el productor ceresino. Leiva explicó que estas herramientas inauguran la chance de saber qué tan buenos fueron los planteos agronómicos de un modo sencillo. “Cruzamos los rindes con el manejo y generamos reportes con los cuales nutrimos un tablero que aglomera la información construida campaña tras campaña. Así pasamos del dato medible a información accesible, socializable y comparable”, agregó.
Sinergias con la maquinaria agrícola
La compatibilidad entre las soluciones digitales y las máquinas que tenemos en el campo es determinante en las decisiones de compra. Las mejoras en este punto fueron notables en los últimos años, conforme las tecnologías fueron ganando funcionalidades al mismo tiempo que se actualizaron las maquinarias, con la llegada de nuevos sensores y monitores.
En este sentido, la maquinaria ganó un lugar privilegiado como generadora de información agronómica de valor. Y las herramientas digitales completaron el circuito, generando el análisis de datos necesario para optimizar el trabajo a campo.
Tanto Leiva como Chiaraviglio son usuarios de Altina y les consultamos acerca del aporte de nuestros equipos a su modelo productivo.
Leiva trabaja con equipos Altina desde hace tres años y destacó la capacidad de realizar distintas labores con la máquina. Una de sus actividades principales es la producción de leche y esto fue lo que dijo: “En el caso del tambo hemos logrado salir con cobertura doble propósito de los maíces picados. Era algo que nos preocupaba por lo agresivo, ya que al picar no le devolvemos nada al suelo. También mejoró la implantación de esas «pasturas doble propósito», aprovechando las lluvias de marzo y abril. Para nosotros es un logro salir de lotes picados en condiciones pastosas”.
Asimismo, remarcó la tecnología de aplicación de los equipos Altina, reconocida por su precisión y uniformidad en todo el ancho de labor. “La Altina nos ayudó a sostener un plan de correcciones. Usamos la máquina para plantear ensayos y analizar si dan resultados”, enfatizó Leiva. Por último, el productor radicado en Santiago del Estero valoró la capacidad operativa: mejoraron en tiempo y forma la aplicación de fertilizantes en gramíneas. “El beneficio también se traduce en términos logísticos, ya que podemos salir a aplicar y hacer muchas hectáreas ante un pronóstico firme de lluvias”, agregó.
“Cada dólar invertido en fertilizantes, lo aplicamos donde realmente queremos”
Chiaraviglio empezó a trabajar con equipos Altina en 2013. Desde entonces se posicionó como uno de los referentes de la marca en la provincia de Córdoba. Para el especialista en fertilidad de suelos, el sistema de dosificación hace la diferencia. “Para nosotros no es lo mismo un equipo que aplique fertilizante con una eficiencia menor al 80% y otro que lo haga al 95%. Cuando vimos hacia dónde queríamos ir, Altina fue la opción que más se alineaba con nuestros objetivos”, afirmó el agrónomo de Calchín (CBA).
La versatilidad de los equipos también es esencial para mantener la máquina operativa todo el año. Sobre este punto, Chiaraviglio sostuvo: “Como prestadores de servicios aplicamos cebos, enmiendas cálcicas y dolomitas, fertilizantes granulados y siembras de cobertura”.
“Creo que trabajar con Altina nos aporta prestigio como prestadores de servicios. La marca se hizo muy reconocida por la eficiencia y uniformidad de aplicación, y eso nos agrega valor como profesionales”