Artículo publicado originalmente en Horizonte A.
María Victoria Buratovich y Horacio Acciaresi.
Introducción
La composición de la comunidad de malezas puede variar en respuesta a prácticas de manejo. Este cambio puede resultar en una comunidad que sea dificultosa de controlar con los mismos herbicidas a los que previamente resultaba susceptible. Así, el uso excesivo y reiterado de herbicidas incrementó la presión de selección sobre biotipos de malezas generando resistencia a diferentes mecanismos de acción. En Argentina se han detectado veintiocho biotipos de malezas resistentes, desde 1996 hasta la actualidad, con una tendencia a un aumento exponencial.
El estudio de las poblaciones de malezas en función del tiempo contribuye a predecir la trayectoria que pueden seguir su s poblaciones a lo largo del tiempo. Así, la tasa de cambio del tamaño poblacional tiene particular interés en el manejo de malezas, ya que indicará el momento en que una especie escapará a una acción de manejo o viceversa. Los cultivos de cobertura (CC) representan un potencial e importante “filtro” biológico de manejo, dado la posibilidad de competir con las malezas por recursos aéreos (radiación solar) y/o subterráneos (agua, nutrientes) y de esta manera potencialmente poder reducir la abundancia de una especie de maleza con una alta capacidad competitiva.
Además, los residuos de los CC dejados en la superficie del suelo pueden inhibir o retardar la germinación y emergencia de malezas debido a la amortiguación de la amplitud térmica en el suelo, disminución de la radiación fotosintéticamente activa que llega a la superficie del suelo e impedancia física. Asimismo, determinadas especies de CC pueden liberar sustancias alelopáticas capaces de inhibir la germinación de malezas.
Metodología
Los estudios se llevaron a cabo en la Estación Experimental Agropecuaria INTA Pergamino, (Pergamino, Bs. As., Argentina, 33° 51´ S, 60° 34´W) durante 2016-2017-2018. En un esquema de rotación soja-soja-maíz bajo labranza cero se sembraron CC otoño-invernales como antecesores del cultivo estival. Las especies utilizadas como CC fueron triticale (Triticosecale) y vicia (Vicia villosa). Así, se sembraron las monoculturas de estas especies y su consociación a una densidad de 250 pl.m-2, excepto en vicia que fue 160 pl.m-2.
Además, se dejó un sector como control negativo, bajo la modalidad de barbecho químico (BQ). En cada unidad experimental se instalaron cuadrantes fijos de 0,25.m-2 en donde se registró quincenalmente la emergencia de las distintas especies de malezas tanto durante el ciclo de crecimiento de los CC como durante la descomposición de sus residuos. Las especies de malezas que registraron emergencias menores a 10 pl.m-2 fueron agrupadas dentro de la categoría “otras especies”. Para la representación de la proporción de cada especie los datos fueron transformados con log.
Los datos se analizaron mediante un análisis de varianza (ANOVA) con modelos lineales generales y mixtos, de acuerdo con el diseño experimental correspondiente con el programa estadístico Infostat. Las medias de tratamientos se compararon por medio del test DGC (p<0,05).
Resultados
En los tres años de estudio, los CC redujeron significativamente la emergencia de malezas (p<0,05). En los momentos donde disminuyó el número de malezas en BQ correspondió con la aplicación de herbicidas. En estos momentos, se registraron diferencias no significativas entre las emergencias de malezas en los CC y BQ (figura n°1). Asimismo, los CC redujeron significativamente la cantidad de especies presentes. Se registraron 21, 18, 20 y 29 especies de malezas en triticale, vicia, triticale/vicia y BQ, respectivamente durante los tres años de estudio (figura n°2). Esto pudo deberse a la competencia que ejercen los CC en pie por recursos aéreos (radiación solar) y/o subterráneos (agua y/o nutrientes). Además, los residuos de los CC dejados en la superficie del suelo, pueden inhibir la emergencia de malezas debido a la impedancia física que estos generan.
Conclusiones
De acuerdo con los resultados obtenidos, la presencia de CC tanto en pie como sus residuos contribuye a disminuir significativamente la emergencia de malezas naturales independientemente de la especie de CC utilizada. Esto puede contribuir a disminuir la utilización de herbicidas y por lo tanto bajar la presión de selección sobre las diferentes poblaciones de malezas resistentes, contribuyendo a disminuir la expansión de la resistencia en los sistemas productivos de la región.