Las precipitaciones de fines de agosto superaron cualquier pronóstico y pusieron en jaque las proyecciones de siembra y fertilización. O al menos obligaron a hacer ajustes en la estrategia agronómica para producir y reducir los riesgos. El agua benefició a algunas zonas donde había una sequía importante, especialmente en el norte cordobés. La recarga inesperada...Leer más
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