Nos vamos adentrando en el invierno en Argentina. El cambio de estación modifica las labores que venían teniendo lugar en la agricultura. La cosecha de los cultivos de semilla gruesa inaugura un nuevo escenario donde cobran vital importancia los diagnósticos de fertilidad y suelos.
Esta práctica es fundamental en la planificación agronómica, ya que nos indica cómo recuperar nuestros suelos previo a la siembra sin disminuir la capacidad productiva. En Argentina, los diagnósticos de suelo y fertilidad vienen ganando adopción. En la última edición del Censo Nacional Agropecuario, publicado en 2018, se estimaba que el muestreo de suelos era utilizado por el 23% de los productores trigueros. Y hoy parece haber más productores integrándolo en el manejo.
Atender las propiedades del suelo
La principal diferencia entre las enmiendas y los fertilizantes está en la finalidad de aplicación. Hablamos de enmiendas cuando lo que se busca es mejorar las propiedades físico-químicas del suelo. En cambio, los fertilizantes tienen una incidencia directa sobre los cultivos, ya que su función central es aportar nutrientes.
Podemos caracterizar las enmiendas como productos de naturaleza química u orgánica, utilizados para corregir el PH del suelo, ajustar la disponibilidad de nutrientes y mejorar la actividad biológica, por solo mencionar algunas de sus virtudes. Las enmiendas más utilizadas en nuestro país son el yeso agrícola y la dolomita, dos sustancias que se obtienen como subproductos de la minería.
En 2018, el Censo Nacional Agropecuario registró que 7398 explotaciones agropecuarias aplicaban enmiendas en Argentina. Para profundizar en este tema conversamos con Diego Chiaraviglio, especialista en Fertilidad y Suelos.
Distintos escenarios post cosecha
No todos los lotes corren la misma suerte. Algunos presentan condiciones más favorables para implantar verdeos y cultivos invernales como el trigo o la cebada. Incluso hay quienes aprovechan el lote para generar forraje y ganar raciones de alimento ganadero. Y, nos guste o no, aún abundan los productores que mantienen un barbecho en los meses fríos.
En este último escenario, Diego recomienda la siembra de cultivos de servicios y, especialmente, la aplicación de enmiendas cálcicas y dolomíticas. “Es importante distinguir las enmiendas porque juegan un papel crucial en los suelos. No actúan del mismo modo que los fertilizantes, pero su acción en el suelo nos permite crear las condiciones óptimas para que los cultivos aprovechen al máximo los nutrientes de la fertilización”, apuntó el agrónomo radicado en Calchín, Córdoba.
Beneficios y dosificación
Tal como lo indica su nombre, estos productos se usan para “enmendar” problemáticas específicas en la tierra productiva. A las funciones mencionadas arriba vale agregar mejoras en la estructura del suelo y en la fertilidad potencial. Además, Diego resaltó la incidencia de las enmiendas para aumentar la capacidad de intercambio catiónico en los suelos. Cuanto mayor es la capacidad del suelo para retener y liberar iones positivos, mejor es la saturación cálcica y dolomítica. Y este proceso se traduce en suelos más saludables y fértiles.
En la misma línea, las presentaciones dolomíticas como carbonato de calcio o magnesio son muy requeridas para combatir la acidificación de suelos, un problema muy extendido en Argentina.
En cuanto a la dosificación de estos productos, Diego advierte que las dosis por hectárea son muy elevadas. Al ser moliendas de piedra, la solubilidad en agua es baja. Algunas tareas, como la corrección de suelos, pueden demandar una importante cantidad de enmiendas.
«Recuperar un bajo salino sódico puede demandarte 3000 o 4000 kilos de yeso. Las aplicaciones suelen ser del 10% de esa dosis, por eso es normal ver aplicaciones de 400 kg/ha o más. Y la logística para transportar esa cantidad de producto es un factor central»
El análisis de suelos es una de las tareas que, en opinión de nuestro experto, tienen que acompañar las prescripciones de yeso o dolomita. “Es el seguimiento lo que te va a indicar cual es la dosis indicada según el caso”, agregó Chiaraviglio.
Eficiencia respaldada en los datos
El último gran factor a tener en cuenta para trabajar con enmiendas es la tecnología de aplicación. Dejarlo para el final no significa en absoluto que es el elemento de menor importancia, como veremos a continuación.
Diego nos contó que adquirió su primer KIT ALTINA diez años atrás. En aquel momento, la aplicación de enmiendas empezaba a pisar fuerte entre los prestadores de servicio. Y nuestro entrevistado se decantó por el equipo que ofrecía una opción superior en aplicación de productos sólidos.
Diego afirmó que “ALTINA viene a cumplir un rol fundamental, porque su sistema de dosificación te deja aplicar presentaciones granuladas, en polvo y mezclas físicas manteniendo una eficiencia superior al 90%”.
“Tenemos mediciones en más de 15.000 hectáreas y hemos mantenido ese porcentaje de eficiencia. Esa situación nos hace trabajar tranquilos de conseguir la mejor aplicación en cualquiera de las situaciones que se presenten”, concluyó Diego.