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El raigrás sigue ganado terreno y sumando resistencias

Publicado originalmente en Aapresid.

La maleza avanza a paso firme hacia el norte del país y se complejizan las resistencias, lo que deja a los productores con menos herramientas para su control.

Un problema “complejo”: Lolium spp.

Dentro del género Lolium, se distinguen dos grupos: uno de especies autógamas, es decir plantas que se polinizan y se reproducen por sí mismas (L. temulentum y L. persicum) y otro de especies alógamas, que son aquellas que se reproducen por medio de polinización cruzada (L. perenne, L. rigidum y L. multiflorum).

La variabilidad morfológica en estas últimas se atribuye a cruces espontáneos e hibridación entre ellas, dificultando la identificación de ciertas poblaciones. Debido a esta relación cercana, se utiliza el término «complejo Lolium spp.» para generalizar información común.

El raigrás es una gramínea de amplia distribución en climas templados de ciclo otoño-inverno-primaveral. Debido a la amplia manipulación genética a la que ha sido sometida esta especie existen variedades anuales, bianuales y perennes, algunas revirtiendo a su estado silvestre.

Lolium spp. sigue ganando terreno.

 

Raigrás en los mapas de malezas 2023

El mapeo 2023 de REM arrojó la presencia de biotipos de Lolium resistentes a glifosato (RG) en 119 partidos/departamentos del país. Mientras que para otros modos de acción como graminicidas (RAAC) o ALS (RALS) lo hizo en 59 y 40 respectivamente (Figura 1).

Estas cifras reflejan un aumento en todos los casos en comparación con el mapeo anterior de 2021. Los mapas pintan un panorama donde la resistencia al glifosato ya se ha extendido considerablemente en áreas como Buenos Aires, Entre Ríos y el centro-sur de Santa Fe. La superficie afectada abarca más de 6.200.000 hectáreas, un 15% más en comparación con el relevamiento anterior. Por otro lado, la resistencia a graminicidas y ALS se concentra mayoritariamente en el sur de Buenos Aires y en el centro de Entre Ríos (Figura 2).

Figura 1. Número de departamentos afectados con Lolium spp. resistentes a glifosato (RG), graminicidas (RACC) o ALS (RALS) para el período 2013-2023. Fuente: Red de Manejo de Plagas (Aapresid).

 

Figura 2. Mapa de la zona del país afectada con Lolium spp. resistentes a glifosato (RG), graminicidas (RACC) o ALS (RALS) para el período 2013-2023. Fuente: Red de Manejo de Plagas (Aapresid).

Estado de la resistencia: nuevos biotipos resistentes

A nivel mundial, Lolium es el género que ha mostrado el mayor número de casos de resistencia a herbicidas de diferentes modos de acción. Algunos aspectos como la alogamia, la alta producción de semillas y su baja longevidad en el suelo explican la rapidez con que evoluciona la resistencia a casi cualquier herbicida al que esté expuesto. Es particularmente problemático porque a menudo desarrolla resistencia cruzada y rápidamente desarrolla resistencia múltiple a una amplia gama de herbicidas a través del cruzamiento.

En Argentina, L. multiflorum, conocido como “raigrás anual”, presenta biotipos resistentes a tres sitios de acción -glifosato, inhibidores de ALS y Accasa (DEN, FOP y DIM) -, con casos de resistencia múltiple a los tres sitios en todas sus combinaciones. Se sabe que hay una alta variabilidad entre los biotipos y que el comportamiento no es parejo entre ellos, por esto se recomienda conocer específicamente qué biotipo tiene cada uno en su lote.

Estudios que se están desarrollando desde HRAC, indican que habría una tendencia a que los biotipos de la zona norte de distribución de esta especie (norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe) posean mecanismos de generación de resistencia del tipo target site y mayor desarrollo de resistencias a glifosato y al cletodim. En cambio, más al sur la mayoría de los biotipos tienen mecanismos metabólicos de resistencia y se van mayores problemas con Accasa y con ALS, en particular a los activos que se utilizan para cultivos de fina, debido a la presión de selección.

Como se detalla en la Tabla 1, la primera resistencia declarada al grupo de los graminicidas fue a la familia de los FOP (diclofop específicamente). Luego se detectó la resistencia a pinoxaden + glifosato, le siguió la resistencia a dos activos de las familias sulfonilureas y triazolpirimidinas de los ALS + glifosato y en el 2012 se confirmó la resistencia triple a esos mismos ALS + glifosato + graminicidas pero en este caso de la familia de los DIM (cletodim).

Recientemente numerosos investigadores confirmaron nuevos biotipos resistentes en esta especie, que si bien se refieren a estos mismos sitios de acción, se suman activos/familias complejizando la problemática.

¿Cuáles son los nuevos hallazgos?

1- Investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR y, la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNER identificaron un biotipo de la localidad de Roldán, al sur de la provincia de Santa Fe, con resistencia a haloxifop. El estudio permitió confirmar la resistencia a haloxifop -tanto a nivel de respuesta a dosis como molecular-, la cual podría deberse a la mutación puntual encontrada, que fue la Ile-2041-Asn.

2- En un trabajo conjunto, investigadores de Organización Agroproductiva, y la Chacra Experimental Integrada Barrow determinaron la resistencia a activos de las tres familias de graminicidas en un biotipo del departamento de San Salvador, Entre Ríos. Identificaron que el biotipo presenta la mutación Asp-2078-Gly en el gen codificante de la ACCasa, ya reportada para el sudeste de Bs. As. pero por primera vez en Entre Ríos. Está mutación otorga resistencia a los herbicidas de las tres familias: FOP’s (haloxifop) + DIM’s (cletodim) + DEN’s, (pinoxaden).

3- Por otra parte, los investigadores que vieron resistencia a haloxifop en Santa Fe, también vieron fallas de control a campo de las tres familias de graminicidas como así también al glifosato en un biotipo del Dpto. Gualeguaychú. Las conclusiones preliminares indican que esta población se comporta con muy altos niveles de resistencia a pinoxaden y haloxifop y altos niveles de resistencia a cletodim. Mientras que identificaron niveles de resistencia moderados al herbicida glifosato en condiciones de campo. Cabe destacar que de confirmarse esta múltiple resistencia ya no quedarían alternativas de manejo químico en postemergencia para controlar dicha maleza.

Manejo integrado, sí o sí

El manejo efectivo del raigrás requiere de una estrategia integral que aborde múltiples frentes. Por un lado, la comprensión de su biología para identificar sus puntos débiles. Por ejemplo, el manejo debe tener en cuenta los momentos de emergencia para adelantarse, o que los bancos de semillas del raigrás son de corta duración, lo que implica que un manejo intensivo durante varios años puede reducirlos significativamente. Esto debe ir acompañado de precauciones para evitar la entrada de semillas desde otras fuentes, como cosechadoras provenientes de lotes infestados.

La inclusión de cultivos de servicios contribuye a reducir la producción de semillas y, mejor aún, a disminuir la presión de selección para resistencias a herbicidas. Otras prácticas efectivas incluyen el manchoneo temprano en los campos, que puede realizarse manualmente o con aplicaciones selectivas, o el aprovechamiento de la capacidad forrajera de la especie. La intensificación del sistema y la rotación de cultivos, especialmente evitando fina sobre fina, puede lograr interrumpir el ciclo de esta maleza.

Los herbicidas preemergentes y desecantes pueden ser aliados valiosos para reducir la presión en campos con problemas de raigrás. Es esencial destacar la importancia de revisar la efectividad de los tratamientos una vez aplicados. Si surgen dudas, realizar un diagnóstico adecuado mediante la recolección de semillas y la evaluación de los activos.

En resumen, el manejo integral del raigrás implica un enfoque multidisciplinario que involucra la comprensión de su biología y la combinación de diversas estrategias de control, como así también la complementariedad de los actores involucrados.

La palabra de los expertos

Estos nuevos hallazgos de resistencias vienen siguiendo el mismo camino que ya se vio en otras malezas como el sorgo de alepo, explica Esteban Muñiz Padilla. El especialista de la FCA, UNER insiste en la urgencia de rotar activos, prácticas y cultivos para que las malezas vayan sufriendo diferentes presiones selectivas. “La reiteración prácticas es muy grave para los sistemas. Hace que la frecuencia de biotipos resistentes crezca hasta llegar a un punto donde ya se agotan herramientas de manejo”.

Sobre la identificación de resistencias, los socios de Organización Agroproductiva, Marcelo Metzler y Anabella Gallardo remarcan la importancia de determinar la mutación específica.  “Esto ayuda a identificar con rapidez los biotipos resistentes y desarrollar estrategias de manejo para controlarlos. Además, esta información puede usarse para desarrollar pruebas de resistencia rápidas y efectivas, anticipándose al problema”.

Por último, subrayan la necesidad de nuevas estrategias de manejo integrado de malezas bajo un enfoque holístico. Entre estas destacan la siembra de raigrás tetraploide, que permite bajar la frecuencia génica de los biotipos resistentes, y el uso de herbicidas alternativos, incluyendo herbicidas residuales selectivos para cultivos invernales. Además destacan la importancia del trabajo conjunto entre los diferentes actores en la búsqueda de soluciones.

 

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