Con la temporada de los cultivos invernales llegando a su final, quisimos preguntarnos algunas cuestiones relativas al manejo de los Cultivos de Servicios. El contexto invitaba, con un régimen de precipitaciones que fue menor al promedio en gran parte de Argentina. Un escenario que, a priori, no parecía el más favorable para la implantación de coberturas.
Para responder a nuestras inquietudes conversamos con Victor Veik, Ingeniero Agrónomo que se desempeña en la zona de Maciá, en el centro de la provincia de Entre Ríos. Para él, las estrategias deben enmarcarse en un manejo de sistema a largo plazo, combinando cultivos y atendiendo a las singularidades que presenta el suelo en cada lote.
Veik trabaja prestando servicios de asesoría a lo largo del centro entrerriano. En ese marco, uno de los servicios que presta es el manejo de coberturas. Estos cultivos suelen ser sembrados al voleo con KIT Altina JLD montado sobre una autopropulsada PLA, propiedad de la Cooperativa Agropecuaria Aranguren.
¿Qué situación presentaron los cultivos invernales en tu zona de influencia este año?
-Mi zona de influencia se encuentra alrededor de la ciudad de Maciá y la verdad que los cultivos invernales en esta zona han venido bien, debido a que el régimen de precipitaciones durante el invierno fue de normal a bueno. No hubo déficit hídrico durante los meses de invierno: inclusive tuvimos un periodo con un leve exceso de lluvias, allá en los primeros días de julio.
Esto hizo que la situación de los cultivos invernales sea buena acá, a diferencia de varias zonas del país. Los cultivos que se hicieron para servicios, sobre todo raigrás y vicia en la zona, dieron muy buenos resultados.
Además de la falta de agua en el perfil, ¿los años con bajas precipitaciones presentan otros desafíos para los cultivos?
-Yo trabajo en una zona de suelos vertisoles, un tipo de suelo poco común en Argentina. De hecho, solo se encuentran en la provincia de Entre Ríos y en algunas regiones proximas a la costa atlántica. Son suelos muy particulares, conocidos por tener poca capacidad de reservar agua útil en el perfil. También tienen una infiltración de agua muy mala. Son suelos que prácticamente se sellan y no permiten que el agua se infiltre.
Los cultivos de servicios nos dan una mano muy grande en la generación de macro y micro poros, que permiten que las precipitaciones que se suceden en el año infiltren en el suelo.
Prácticamente no trabajamos con las reservas de humedad en los suelos, porque es tan poca el agua que si quisiéramos contener esa humedad en el suelo nos duraría muy poco con el cultivo de verano. Por eso, dependemos de la lluvia que caiga durante el periodo del cultivo. Y el objetivo ahí es maximizar la infiltración en esos momentos.
Cuando acá cae uno de esos famosos chaparrones de verano (50-60mm), el 80 o 90% del agua se termina escurriendo hacia los bajos. Quizá se infiltra solo el 10% en el perfil.
Usando coberturas o cultivos de servicios, u otras herramientas como la sistematización de suelos, logramos incrementar la cantidad de milímetros que se infiltran luego de una precipitación. Aumentamos el agua útil en los suelos, para que pueda transformarse en rendimiento de grano.
¿Qué ocurre con los nutrientes cuando hay poca lluvia? ¿Se inmovilizan en el suelo si hay coberturas?
-Es una pregunta que estamos tratando de responder. Hay mucho trabajo e investigación en marcha junto a la gente del INTA y estamos estudiando esa interacción en los suelos de la zona. Creemos que los cultivos de servicios en este tipo de suelos nos van a ayudar a dejar una mejor disponibilidad de nutrientes, aunque es algo que sigue en estudio.
¿Qué ventajas tiene apostar por las coberturas en un año seco? ¿Qué servicios pueden aportar para encarar mejor la siembra gruesa en ese contexto?
-Como dije, creo que un aspecto fundamental es que mejoran la capacidad de los suelos para infiltrar el agua de lluvia. Pero una ventaja que no te comenté es que teniendo una buena cobertura en suelos vertisoles logras que la humedad al momento de la siembra se mantenga durante muchos más días y el suelo no se seque tan rápido. Eso nos da una ventana de siembra con humedad mucho más amplia.
Los vertisoles son suelos con tendencia a agrietarse, con la rápida pérdida de humedad que eso implica. Si trabajamos con suelos desnudos la ventana para sembrar se nos achica mucho. Con los cultivos de servicios pudimos incrementar ese margen en prácticamente un 500%. Además, la cobertura vegetal favorece la resistencia de los cultivos a inclemencias climáticas como altas temperaturas.
¿Qué rol juegan las coberturas a la hora de combatir malezas? ¿Es significativo el ahorro en insumos?
Si, es notable el ahorro. Todo depende del tipo de cultivo, pero sin duda ayudan. Acá trabajamos mucho con raigrás y vicia. La vicia es una herramienta fundamental para el control del yuyo colorado en la zona, con resultados increíbles.
Incluso tenemos lotes en donde no fue necesario aplicar pre-emergentes para yuyo colorado. Hemos hecho maíces de primera sin aplicación de herbicidas, lo mismo con cultivos de soja tardía.
Es muchísimo el cambio. Si uno mira a nivel general hemos reducido entre un 20 y un 30% la cantidad de herbicida total usado en promedio. Aunque hay muchos lotes en donde esa reducción fue de hasta un 80%.
En Entre Ríos colabora mucho, aunque el uso de coberturas siempre debe ir enmarcado en un manejo de sistemas.
Tiene que haber una estrategia en donde vas combinando distintos cultivos en un programa a largo plazo.
¿Cómo soles interrumpir los Cultivos de Servicios en los campos donde trabajas?
En los lotes donde trabajo actualmente se está usando supresión química. Todavía no hemos incursionado es la supresión mecánica, es algo pendiente. Nos faltan algunos contratistas que cuenten con ese tipo de herramientas, pero creo que en el corto plazo vamos a incurrir en ese tipo de prácticas.