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Inundaciones: derribando mitos y aclarando dudas

 

¿Por qué nos inundamos? ¿Cómo se puede prevenir? ¿Qué pasa con nuestros suelos? La Siembra Directa ayuda a prevenir las inundaciones. Conceptos para conocer y re-descubrir los beneficios de la SD.

Las consecuencias de los excedentes de agua que hoy vivimos vuelven a alertarnos sobre el uso y cuidado del suelo.

Esta es una de las mayores preocupaciones que Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) intenta poner en primer plano, poniendo el eje en las Buenas Prácticas Agrícolas como premisa fundamental para una agricultura que preserva los recursos naturales y que puede ayudar a evitar los problemas que sufrimos en estos días.

La Siembra Directa es la técnica que dio origen a esta institución y que revolucionó el campo y la agroindustria en el país. La aplicación de este método ayuda a prevenir inundaciones. ¿Por qué?

Pedro Vigneau, presidente de Aapresid, explica que este método ayuda a evi​tar escurrimientos de agua e inundaciones. Este sistema que no remueve el suelo y lo mantiene cubierto con residuos de la cosecha anterior mejora las condiciones para amortiguar la caída de la lluvia y “hace que el suelo se convierta en una esponja que absorbe y guarda el agua de lluvia”. Vigneau aclara que la siembra directa no es “la solución” a las inundaciones, sino que es “parte de la solución”, ya que nos enfrentamos a consecuencias del cambio climático. De esta manera, el titular de Aapresid plantea que para enfrentar estos problemas es necesario un trabajo conjunto, involucrando diferentes actores públicos y privados.

Según el Ing. David Roggero, vice presidente de la institución y miembro de la Regional Laboulaye “este sistema permite un mejor y más rápido movimiento del agua y el aire a través de los poros del suelo. Al no mover la tierra, los poros son más grandes y estables que en la agricultura tradicional.”

Por su parte, El Ing. José Luis Tedesco, miembro de la Comisión Directiva y de la Regional Aapresid Chacabuco, explica que “la aplicación de la Siembra Directa en el tiempo, fomenta la creación de pequeños canales internos en el suelo por acción de insectos, lombrices, raíces y raicillas formando una especie de “túneles” que permiten la absorción, inflitración y almacenaje del agua de lluvia”.

Por ende, una duda que suele aparecer queda aclarada. La siembra directa NO es un factor que provoque inundaciones, sino por el contrario contribuye a que esto no suceda.

Los suelos desnudos (sin cobertura) y desmenuzados por el efecto de las labranzas (de la antigua agricultura) son los que se impermeabilizan apenas comienza la lluvia, acumulan agua en superficie y comienzan a escurrir perdiendo agua y suelo.

Buscando soluciones

Mientras que David Roggero aclara que la técnica disminuye la probabilidad de que ocurran, pero no es por sí sola la solución definitiva, María Beatriz “Pilu” Giraudo, presidente honoraria de Aapresid, advierte que “la capacidad de cada suelo tiene un límite”. Por tal motivo, es fundamental contar con obras para el manejo de los excedentes de agua que deben ser planificados a nivel de cuenca y construidos desde el lugar más bajo (que recibe agua) hacia el más alto (que vuelca agua).

Es decir las decisiones políticas firmes para llevar a cabo las obras antes de que lleguen los desastres. En general son obras interprovinciales.

Atender a las alteraciones de las cuencas, planificación urbana ante las edificaciones, control de canales, obras de dragado adecuado, etc. El Ordenamiento Territorial es clave para esta planificación anticipada.

 

El Ing. Leandro Ventroni, gerente del programa Sistema Chacras de Aapresid, explica que el problema es Agro-Hidrológico y se deben plantear soluciones integrando medidas que contemplen infraestructura básica (mantenimiento y mejora de caminos, mantenimiento de vías férreas y protección de ciudades y pueblos); infraestructura hidráulica (canales de drenajes primarios y secundarios, sumados a obras de almacenamiento y regulación de excedentes en bajos naturales y lagunas); sumado a medidas de manejo de suelos y cultivos.

¿Qué es la Siembra Directa?

La Siembra Directa es la práctica de cultivar la tierra sin ararla previamente y con la presencia de una cobertura permanente del suelo, vía cultivos y rastrojos de cultivos anteriores.

​“Es una herramienta que cambió miles de años de historia de cómo hacer agricultura”. Antes se realizaban labores con maquinaria que año tras año deterioraban los suelos y cuando llovía, los impermeabilizaba. Con la Siembra Directa se deja al suelo cubierto con residuos de los cultivos, luego pasa una sembradora que hace dos líneas: una línea que permite dejar a la semilla en contacto con el suelo y otra lateral para dejar los nutrientes que necesita ese cultivo. Esta “cobertura” protege al suelo de la lluvia, de los vientos, de temperaturas extremas, etc. Estos residuos alimentan el suelo a medida que son descompuestos por los microrganismos. “Se copia a la dinámica de la naturaleza”, resumen los técnicos de Aapresid.

Los beneficios:

​Con la cobertura que protege el suelo se amortigua la caída de agua de lluvia, se puede absorber más, almacenar en el suelo y cederla a los cultivos cuando la necesitan. Así el suelo se hace más permeable. Al no alterarlo con las labranzas, se mantienen los canales y poros que hacen las raíces y microvida en el suelo. Así se favorece no solo absorción, almacenaje y movimiento de agua sino también de aire. Esto promueve que los microorganismos vayan descomponiendo los restos de cultivo (Rastrojos) y raíces que mejoran la fertilidad del suelo. ​

La Siembra Directa acompañada de un conjunto de Buenas Prácticas Agrícolas, permite producir sin degradar el suelo, mejorando sus condiciones físicas, químicas y biológicas. Además logra hacer un uso más eficiente del agua. Así, la Siembra Directa logra niveles productivos altos en armonía con el ambiente.

​La Siembra Directa lidera un paquete tecnológico que conforman las Buenas Prácticas Agrícolas​ (No remoción y cobertura de suelos, rotación y/o alternancia de cultivos, reposición de nutrientes, manejo integrado de plagas, malezas y enfermedades, uso responsable de fitosanitarios) que, mantenidos juntos en el tiempo garantizan la producción de alimentos y energías, cuidando el suelo, el agua, el aire y la salud humana promoviendo la biodiversidad.

​También la agricultura en siembra directa es una herramienta fundamental para combatir el calentamiento global (responsable del cambio climático) porque reduce las emisiones de gases nocivos para la atmósfera​ ​por menor uso de maquinaria (o sea de combustible de origen fósil).​

Para mayor información ingresar a: www.aapresid.org.ar

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