En el siguiente artículo, elaborado por la Red de Manejo de Plagas (coordinada por Aapresid), enumera sus “pilares para el manejo racional de malezas”, en las cuáles ingresan prácticas como las rotaciones de cultivos y la inclusión de pasturas. A continuación, les dejamos el texto completo donde se explica de qué se trata la intensificación productiva.
En un sistema simple (cultivo de cosecha estival ó invernal + barbecho), la cobertura generada muchas veces no es suficiente para la adecuada protección del suelo y al mismo tiempo son desaprovechados los recursos como agua, luz y nutrientes quedando estos disponibles para la proliferación de malezas que nos harán recurrir a aplicaciones periódicas de herbicidas para su control.
La intensificación agrícola se refiere al aumento de la eficiencia en el uso de los recursos disponibles del sistema productivo y nos posibilita disminuir el crecimiento de malezas ya que acortamos la duración de los barbechos. Esta práctica pude llevarse a cabo mediante la implantación de un doble cultivo de cosecha (estival+invernal) si es que el ambiente lo permite (especialmente la disponibilidad hídrica), mientras que otra excelente opción es la incorporación de cultivos de servicios entre cultivos de cosecha, que otorgan numerosos beneficios al ser incorporados como parte del sistema (ver figura).
Específicamente para el control de malezas, los cultivos de servicio proveen raíces y biomasa aérea que compite en forma directa con las malezas y luego generan un residuo sobre el suelo que tiene un efecto supresivo sobre ellas, haciendo que haya menos emergencias de malezas, que se concentren más en el tiempo y que las plantas emergidas tengan un menor desarrollo. Como consecuencia de todo esto se disminuye el número de aplicaciones de herbicidas necesarias, siendo estas además más eficientes y reduciendo la presión de selección para la generación de resistencia.
«La intensificación agrícola se refiere al aumento de la eficiencia en el uso de los recursos disponibles del sistema productivo»
Otra herramienta fundamental dentro de este pilar es que la rotación sea diversa, en lo que se refiere a las especies implantadas, tanto las de los cultivos de cosecha como los de servicio. De esta manera lo que hacemos es generar variaciones en los ambientes y así diversificamos las malezas que encontramos en el lote, lo que nos otorga una mayor flexibilidad para su control abriendo el abanico de posibilidades de sitios de acción a utilizar y de momentos de control.
Una alternativa más que aporta intensificación y diversidad son los planteos agrícola-ganaderos en donde la incorporación de pasturas a la rotación hace que disminuya el stand de malezas presentes, además el pisoteo y pastoreo animal también cumple un rol de control, lo que conlleva a disminuir notoriamente la cantidad de aplicaciones de herbicidas y consecuentemente los posibles problemas de resistencia en el sistema.
Cabe destacar que para realizar un análisis de la implementación de cualquier de estas herramientas culturales debemos tener en cuenta el mediano y largo plazo, ya que muchas veces puede que no ocurra un beneficio inmediato, pero casi con seguridad se generará un impacto positivo para el sistema que se evidenciará en años posteriores.
