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Materia orgánica, clave en los sistemas biodiversos

Fuente: artículo publicado originalmente en Aapresid

Joao Carlos Moraes sobre la Materia Orgánica (MO) en sistemas de Siembra Directa (SD): “La intensificación debe apuntar al aporte de C bajo los pilares de cantidad, calidad y frecuencia de rastrojo y raíces”.

El especialista en suelos de la Universidad Estatal de Ponta Grossa Brasil y viejo amigo Aapresid comparte algunas reflexiones sobre la materia orgánica (MO) en suelos bajo SD, repasando aprendizajes, avances y perspectivas. “Hay 25 años de investigación continua en esta línea y la inspiración fue la Madre Naturaleza: debemos preguntarnos cuáles son las lecciones que nos ha dejado”, sentenció Moraes.

Los bosques están cubiertos de verde todo el año, con diversidad, que forma una estructura original del suelo, con flujo continuo de C, aire, agua y nutrientes que interactúan con los atributos químicos, físicos y biológicos. Se puede apreciar que, en suelos sin perturbación antropogénica, la estratificación de la MO y nutrientes ocurre con la profundidad y el aporte continuo de Carbono de plantas y animales que van enriqueciendo la capa superficial.

Cuando comenzó con la producción de alimentos, el Hombre desmontó y reforestó, perdiéndose todo el aporte de C de la vegetación. Con los trabajos de nivelación de suelos esta pérdida se incrementó. La consecuencia fue el colapso total de la estructura natural responsable del control del flujo del aire, del agua y de los nutrientes”, describe.

Cuando rompimos el suelo atacamos los microorganismos que consumen los componentes más importantes de la MO, y cuánto más intensa es la labranza, más se dispersan las microestructuras y da lugar a la compactación”.

Según Moraes, en una región subtropical con suelos arcillosos y distribución regular de lluvias sin período seco prolongado, las pérdidas de C son más pronunciadas en los primeros 20 centímetros y con migración de C lábil a capas profundas.

Por otro lado, cuanto mayor es la temperatura media anual y asociada a un régimen de lluvias con un período seco prolongado y sin cobertura de suelo, mayores son las pérdidas de C en profundidad. Cuanto mayor sea la fertilidad del suelo, asociada a una temperatura media anual alta y un régimen de lluvia regular y sin cobertura de suelo, mayores serán las pérdidas de C en las capas superficiales y profundas.

¿Cómo podemos entonces lograr equilibrio? El especialista advierte que la estrategia para tener éxito y lograr un sistema productivo sustentable deben intensificarse las inversiones en C siguiendo tres pilares: cantidad (toneladas por hectárea), calidad (determinada por el tipo de vegetación: gramínea, leguminosa o mezcla) y frecuencia (una, dos o tres veces por año).

Moraes enumera cinco puntos a retener y revisar periódicamente:

  • no es necesario talar un árbol para aumentar la producción de granos;
  • debe producirse más con menos, reduciendo pérdidas, reciclando más y optimizando lo que se utiliza;
  • deben cerrarse las ventanas entre la época de lluvia y la época seca usando puentes verdes de cultivos de servicios o rastrojo para evitar pérdidas;
  • practicar rotación de raíces con plantas que desarrollen raíces profundas, agresivas, robustas y tolerantes a la acidez y a la escasez de nutrientes
  • la intensificación de la agricultura en SD se basa en el suministro de C siguiendo los pilares cantidad, calidad y frecuencia en la adición de rastrojo y raíces.
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