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Cómo mejorar un 20% los rendimientos en maíz con la fertilización

Fuente: Artículo publicado originalmente en La Nación

En una jornada de Fertilizar Asociación Civil se explicó cómo mejorar 20% los rendimientos

En los últimos 20 años, la productividad del maíz en la Argentina casi se triplicó, por razones relacionadas con la mejora en la genética de semillas, la siembra directa y los cambios en el manejo del cultivo. Es el margen bruto más favorable de esta campaña y podría mejorar un 20% el rendimiento, si se realiza una fertilización balanceada en base a mejorar los diagnósticos.

El dato lo brindó la ingeniera agrónoma y gerente ejecutiva de Fertilizar Asociación Civil, Fernanda González Sanjuan, durante un evento organizado por la entidad, donde destacó que en estas dos décadas se consolidó la fertilización, lográndose crecimientos paulatinos y sostenidos inicialmente y más significativos en los últimos años (2015 a 2020).

“El área fertilizada paso del 77% a 86% y las dosis de uso promedio de 186 a 242 kilos de fertilizante por hectárea. El maíz empezó a ser un cultivo versátil: ahora podemos sembrar maíz temprano, tardío, de segunda y maíz para silo, con gran estabilidad de rinde”, señaló.

En el encuentro, la asociación presentó sus números para la campaña maicera del ciclo agrícola 2021/22 y donde se detalló que el cultivo es tan dependiente del “insumo” como de las precipitaciones.

“A pesar de este aumento en el uso de fertilizantes, en reposición de los principales nutrientes, nitrógeno, fósforo, y azufre, todavía estamos en un 57%. Es decir que aún tenemos una deuda pendiente con el suelo que aporta el 43% de los nutrientes que requiere el maíz. Esta dependencia se visibiliza con las brechas de rendimientos que tenemos para mejorar y porque se deteriora la fertilidad del recurso natural”, advirtió González Sanjuan.

Luego, el presidente de Fertilizar AC, Francisco Llambías, anticipó que para el maíz “es un año fantástico respecto de la rentabilidad, dado por una sostenida demanda del cereal que impulsa los precios hacia arriba”.

En este orden, comentó que el cultivo tiene, con US$586 dólares por hectárea, el mejor margen bruto comparado con la soja (US$467/ha) y el esquema trigo-soja (US$331/ha). Además, “este margen del maíz es 70% mejor que el de agosto del año pasado”, a pesar de los incrementos que hubo en costos de insumos de implantación y de impuestos y destacó que el cultivo se presenta como el cultivo protagonista de todas las rotaciones, teniendo presente que su rol va a estar determinado por la condición hídrica de los suelos en los momentos de la siembra.

Estrategias de fertilización

El coordinador técnico de asociación, Andrés Grasso, justificó la inversión en fertilización no solamente mirando los altos precios de los granos, sino fundamentalmente en que el actual nivel de nutrientes de los suelos restringe fuertemente “la demanda que tiene el cultivo genéticamente para formar rendimientos”.

En este contexto, compartió algunas pautas generales a la hora de fertilizar este cultivo:

  • Diagnóstico con análisis de suelo que ayude a conocer integralmente la heterogeneidad de los ambientes: ¿cuánta producción potencial puede sostener cada ambiente? y ¿cuáles son las restricciones más representativas que deben gobernar mis decisiones de manejo de los fertilizantes?
  • Interpretación de la información generada en el diagnóstico y realizar la recomendación de fertilización.
  • Planificación de Estrategias: el planteo de uso del fertilizante. “A la hora de fertilizar tenemos que hacerlo bajo las buenas prácticas de uso de nutrientes con el objetivo principal de sincronizar la oferta de nutrientes con la demanda del cultivo, en el momento y lugar correcto (cantidad y tipos de nutrientes)”, destacó.

Grasso resaltó que frecuentemente son generalizadas las aplicaciones de nitrógeno (N) y fósforo (P) pero advirtió que hay que incorporar otros nutrientes que actualmente son deficitarios como azufre (Z) y zinc (Zn).

“Por los desajustes en los diagnósticos y en la aplicación de estos cuatro nutrientes nos estamos perdiendo un 20% de rendimiento alcanzable en maíz, que son alrededor de 1700-1800 kilos de maíz por hectárea”, dijo el técnico.

Asimismo, explicó que hay dos nutrientes que determinan principalmente la variabilidad de rinde: el N y el P. Sobre la aplicación de cada uno, indicó: “Para nitrógeno por cada tonelada de maíz que va a demandar el ambiente productivo y el híbrido, necesitamos tener disponible (suelo más fertilizantes) 22 kilos de N por hectárea y si atrasamos la fecha de siembra es recomendable aplicar el fertilizante al momento de la siembra, y no dividir la dosis”.

En el caso del fósforo, Grasso recordó que el 70% de la superficie agrícola es deficiente e indicó que, independiente de la fecha de la siembra, aplicar dosis de reposición (entre 120 y 130 kilos de MAP, DAP o superfosfato triple) siempre posiciona en los planteos de máximo rinde: “Los manejos de suficiencia no logran abastecer los requerimientos del cultivo y el impacto es doble, por un lado restringe la productividad y por el otro afecta la fertilidad del suelo”.

Por último, para el azufre, aconsejó 10 kg/ha cuando se trata de suelos de baja materia seca y suelos arenosos o con un uso intensivo de la agricultura, ya que pueden aportar hasta 700 kg extra en maíz. Y en zinc, recomendó realizar aplicaciones de 1 ó 1,5 kg de Zn en suelo, o 500 a 750 gramos por vía foliar, para ganar entre 4% y 7% en rendimientos por ha.

 

 

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