La temporada comenzó con suelos húmedos en buena parte de Argentina y, si bien alentó las siembras tempranas en algunas regiones, también potenció un problema cada vez más recurrente: elevadas poblaciones de bichos bolita, babosas y caracoles.
En esta nota repasamos en qué condiciones se desarrollan estas especies y cómo mantenerlas a raya con manejo integrado y aplicaciones mínimas de producto.
¿Qué sabemos del bicho bolita?
A diferencia de otras plagas, no son insectos sino crustáceos que evolucionaron para vivir fuera del agua. Los daños de la plaga se manifiestan con más fuerza en la implantación de cultivos como soja, girasol, verdeos, pasturas y, en menor medida, maíz. Durante esta fase, se alimentan de semillas, hipocotilos y cotiledones; una situación riesgosa que puede terminar en resiembra.
Para desarrollarse necesitan ambientes húmedos, con cubiertas vegetales y abundante volumen de rastrojo. En este sentido, las colas de rastrojo y los lotes con cultivos de servicios deben recibir especial atención para controlar la población de bichos bolita, ya que pueden atraer a estos crustáceos.
El ciclo máximo de vida ronda los 3 años y la primavera suele ser su periodo de mayor reproducción. Bajo condiciones climáticas favorables, se descubrió que pueden tener un segundo ciclo reproductivo en otoño.

Los momentos del manejo
La prevención comienza con la cosecha precedente: es crucial distribuir el rastrojo adecuadamente, evitando colas de máquina que atraigan poblaciones de bichos bolita.
También es importante la gestión de los cultivos de servicios que usamos en invierno: la cobertura estabiliza la temperatura del suelo y proporciona materia orgánica, dos condiciones predisponentes para la emergencia de la plaga. En sistemas que incorporen estos cultivos, recomendamos incluir leguminosas en la rotación, porque su baja relación carbono/nitrógeno les permite degradarse e incorporarse al suelo de forma veloz.
El segundo momento crucial es el monitoreo previo a sembrar, 20 o 15 días antes. En esta instancia se pueden calcular pérdidas en el stand de plantas y planificar una siembra de calidad. Cuanto más rápido y uniforme sea el desarrollo de las líneas de cultivo, vamos a reducir la exposición de las semillas y plántulas a esta plaga.
Cuando los umbrales poblacionales de daño económico son superados, la herramienta de control más eficiente es el uso sectorizado de cebos químicos, basados en carbaryl, fipronil o acetamiprid. Este umbral varía según el cultivo en cuestión, siendo de 60 bichos bolita por metro cuadrado en el caso de la soja.

Mejores aplicaciones, con menores costos y desperdicios
Las fertilizadoras sembradoras Altina son grandes aliadas a la hora de modular estas plagas, ya que son capaces de aplicar desde 3kg/ha de producto con una precisión y uniformidad inigualable en todo el ancho de labor. Nos contactamos con usuarios de esta tecnología para compartir experiencias reales con Altina.
Rosamel Becerra y su equipo tienen experiencia trabajando con cebos y son contratistas reconocidos en la zona de Chilibroste, Córdoba. Al consultarle por este tipo de trabajos, destacó que “el cebo no ofrece margen de error, cada kilo que se usa te cambia la inversión y las dosis son tan bajas que la precisión es vital”.

Martín Ganeau lleva cuatro temporadas trabajando con un KIT Altina en la zona de Pigüé, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Su primer trabajo con la máquina fue una aplicación de cebo químico y así lo recordó:
“Me decidí a aplicar 4 kilos de cebo y la máquina respondió perfecto. Luego trabajamos con 3 kilos e incluso la probé con 2 kilos por hectárea, y los resultados fueron excelentes”
Ganeau destacó la sencillez de la máquina y la precisión para aplicar, incluso con vientos fuertes. “Hubo días en donde el viento no te dejaba cargar con el sinfín porque se volaba, pero la Altina hacía las pasadas sin problemas. Cuando controlas la aplicación, te das cuenta que es prácticamente perfecta”.

Aplicaciones duales en autopropulsadas y motrices
En 2025 renovamos nuestra gama de fertilizadoras sembradoras, enfocados en potenciar las tecnologías que el productor ya adquirió y optimizar ventanas de tiempo. Bajo esa premisa lanzamos un KIT neumático de 400 litros de capacidad, que puede vincularse a autopropulsadas sin que estas pierdan la capacidad de aplicar productos líquidos.
Con este desarrollo, pueden aplicarse en simultáneo dosis mínimas de cebo para bicho bolita, microgranulados y semillas finas.