Artículo publicado originalmente en Aapresid
El dato surge sobre 13.900 hectáreas monitoreadas en la zona, y obliga a agudizar la prevención de esta plaga que afecta lotes con altos volúmenes de rastrojo y rotaciones intensificadas. Su manejo en tres pasos.
En plena época de siembra, muchas son las plagas a vigilar para evitar complicaciones. Sin embargo, ésta campaña el «bicho bolita» prendió el botón de alerta en los tableros de control de los productores agropecuarios. Desde la Red de Manejo de Plagas de AAPRESID, y consultando la mirada del asesor en Agroestudio Viento Sur y socio Aapresid Esteban Bilbao compartimos información detallada sobre esta problemática que afecta a la producción de cultivos clave en la zona.
La extensión del problema
El bicho bolita (Armadillidium vulgare) es un pequeño crustáceo terrestre que se diferencia de especies muy similares por su capacidad de “enrollarse” en forma de bolita cuando es molestado. Según publicaciones de INTA, planteos de siembra directa con abundante volumen de rastrojo proporcionan un ambiente de humedad y protección bajo la cubierta vegetal muy favorable a esta plaga que se provoca daños en el hipocotilo, consume semillas y cotiledones. El ciclo máximo de vida ronda los 3 años, y si las condiciones climáticas son favorables pueden tener hasta dos generaciones al año, con un primer ciclo reproductivo en primavera y un segundo menos relevante en el otoño.
Bilbao comentó la contundencia del escenario de esta campaña en particular: “con 13.900 hectáreas monitoreadas en el sudeste de Buenos Aires, aproximadamente el 40% de la superficie presenta niveles de esta plaga por encima del umbral de control.”
También alertó que la plaga también ha comenzado a aparecer en otras regiones del país, particularmente en situaciones de mayor cobertura de rastrojo, con rotaciones más intensificadas o riego. Sus daños se manifiestan con mayor fuerza durante la implantación de cultivos susceptibles como soja, girasol, vicia, verdeos, pasturas y, en menor medida, maíz.
Prevención
Para hacer frente al bicho bolita, al igual que a todas las plagas, es esencial adoptar estrategias de manejo integrado. En este sentido el especialista remarca tres puntos claves: prevención, monitoreo y control.
La prevención comienza con la cosecha del cultivo anterior, donde es crucial realizar una cosecha de calidad y distribuir adecuadamente el rastrojo. Las zonas de acumulación de residuos de las colas de las máquinas atraen a los bichos bolitas en busca de humedad y alimento, desencadenando el problema.
Otra de las estrategias preventivas en planteos bajo siembra directa pueden ser la inclusión en las rotaciones especies de cultivos de baja relación carbono/nitrógeno (C/N) como pueden ser ciertas leguminosas para favorecer su rápida degradación e incorporación al suelo.
Otra estrategia para prevenir daños por esta plaga es el logro de siembras de calidad. Resulta esencial asegurar un desarrollo rápido y uniforme del cultivo, en condiciones óptimas de humedad y temperatura, con semillas de calidad y logrando siembras sin surcos abiertos.
Monitoreo y control
Previo a la siembra, se realiza el monitoreo para cuantificar la población. Deben realizarse dos muestreos de ¼ de m² por hectárea con la ayuda de marcos dentro de los cuales se contarán, durante 5 minutos, la cantidad de individuos presentes. La información obtenida se utiliza junto con los umbrales de acción para determinar su manejo.
Si los umbrales poblacionales de daño económico son superados, la herramienta de control más eficiente es el uso sectorizado de cebos químicos, basados en carbaryl, fipronil o acetamiprid. Este umbral varía según el cultivo en cuestión, siendo de 60 bichos bolita/m² para la soja, por ejemplo.
En situaciones de bajas densidades, se puede recurrir a productos curasemillas, que son efectivos pero se aplican en todo el lote y no de manera sectorizada como los cebos. Las aplicaciones de formulaciones líquidas no son tan eficientes, y afectan negativamente a la micro y mesofauna presente en el suelo.
Cuando la población de la plaga supera el umbral de control y no se lleva a cabo un manejo adecuado, se produce una reducción del número de plantas, llegando incluso a generar zonas sin cultivo. Esto implica un esfuerzo adicional para controlar la plaga e inclusive resembrar el cultivo. Por lo tanto la Red de Manejo de Plagas de Aapresid hace hincapié en la implementación de técnicas de manejo integrado esenciales para proteger los cultivos y garantizar la productividad.
Aplicaciones efectivas con dosis mínimas
Las Fertilizadoras Sembradoras Altina son grandes aliadas del contratista a la hora de modular estas plagas, ya que son capaces de aplicar desde 2kg/ha de producto con la mayor precisión y distribución uniforme en todo el ancho de labor. Por eso, son una opción recomendada para aplicar cebos tóxicos indicados para combatir al bicho bolita.