El ingeniero agrónomo Sandro Raspo fue entrevistado por el medio Agroverdad en las Agrojornadas realizadas por este medio junto a Agrovoz. En conversación con Juan Carlos Vaca, Raspo explicó las principales ventajas de los Cultivos de Cobertura (control de malezas, aumento de la infiltración y mejoras en la salud del suelo, entre otras) y resaltó la necesidad de incorporarlos para “disminuir la carga de herbicidas” sobre los cultivos.
“Estratégicamente los cultivos de cobertura pueden controlar malezas por interferencia. Al cultivo de cobertura, en un momento fenológico determinado, se le pasa un rolo diseñado para tal fin, se forma una alfombra biológica y las malezas no pueden venir. Al implantar los cultivos al voleo, estos crecen y le ganan por competencia a las malezas. Eso lo que hace es disminuir drásticamente la carga de herbicidas”, expuso el ingeniero. Raspo cuenta que han realizado ensayos en la Estancia Don Mateo con sistema de cultivos de cobertura rolados, en los se redujo un 90% la carga de principio activo aplicado.
Además, junto a su equipo de trabajo el ingeniero midió el impacto ambiental de dicho sistema a través del índice IQ, diseñado por la Universidad de Cornell (Estados Unidos). Los investigadores de dicha universidad señalan que, en una escala de 0 a 160, un valor por debajo de 5 no posee impacto negativo en el ambiente. “La soja sembrada al voleo tiene 1.36 de IQ, es decir, no tiene impacto ambiental. Y eso es muy importante”, dice Raspo.
“Queremos que esto se contagie, que empecemos a trabajar conjuntamente con los productores. Podemos con los cultivos competir a las malezas y bajar la carga de herbicidas”, analizó. “En mi campo malezas hay, pero están por debajo del daño del umbral económico. No estamos perdiendo plata por tener alguna maleza en el sistema. Se puede pensar en biodiversidad desde la agronomía”.
Raspo entiende que realizar Cultivos de Cobertura es pensar “primero en el suelo y luego en la renta” para lograr no sólo éxito económico, sino también ambiental. “Me dedico al cuidado del suelo porque creo que desde ahí podemos avanzar hacia la productividad”, afirmó.
“Lo que tratamos es, desde la agricultura, simular lo más parecido posible a la naturaleza. Las plantas, hace 10.000 millones de años nacían aleatorias y sin enterrarlas en el suelo”, concluyó.
