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Agricultura de precisión y cultivos de cobertura: control de malezas en un 80%

Un ensayo del INTA Manfredi demostró que mediante la utilización de agricultura de precisión y cultivos de cobertura puede lograrse un control de malezas (yuyo colorado) del 80% y una reducción del uso de herbicidas en un 60%.

Los días 19 y 20 de septiembre, la Estación Experimental de INTA Manfredi, en Córdoba, será sede del Curso Internacional de Agricultura y Ganadería de Precisión. Como adelanto de este importante encuentro, el organismo anticipó los resultados que obtuvo a partir de una experiencia a campo en la que los números señalaron considerables mejoras a partir de la incorporación de estas dos tecnologías. En esos días los técnicos mostrarán detalles del planteo con manejo integrado de malezas a través de sistemas tradicionales y tecnologías de agricultura de precisión.

El futuro del campo es la combinación de tecnologías y conocimiento aplicado. Junto con las Buenas Prácticas Agrícolas, la innovación tecnológica permite vislumbrar alternativas de manejo eficaces con el foco puesto en la sustentabilidad ambiental. La demanda social y productiva por reducir el uso de herbicidas es hoy un tema de agenda y se espera que en el futuro los sistemas productivos prescindan totalmente de ellos.

Con el objetivo de diseñar una estrategia integral de control de malezas problemáticas con bajo uso de agroquímicos, los técnicos Diego Ustarroz, Juan Pablo Vélez y Diego Villarroel del INTA Manfredi llevaron a cabo un ensayo que incorpora los cultivos de cobertura.

Juan Pablo Vélez, especialista del INTA Manfredi en agricultura de precisión, explicó que diagramaron “un ensayo de tres repeticiones con dos escenarios, uno sobre rastrojo de soja y otro con triticale desecado empleado como cultivo de cobertura”. Y agregó: “En ambos casos la principal maleza era yuyo colorado de diferentes niveles de desarrollo, sobre el cual se realizó la aplicación selectiva con una previa tarea de individualización de los ejemplares mediante marcas que posibilitaron el seguimiento y posterior determinación del nivel de control”.

Por su parte, Diego Ustarroz -experto en malezas del INTA Manfredi-, contó que los dos escenarios planteados “fueron separados en parcelas trabajadas con diferentes tratamientos para comparar y evaluar la efectividad del control planteado”.

De esta manera quedaron cuatro sitios cada uno con una estrategia de manejo específica: en una se realizó control selectivo de malezas sobre el rastrojo de soja, en otra se hizo aplicación selectiva sobre cultivo de cobertura, en una tercera parcela con triticale -empleado como cultivo de cobertura- no se realizó ninguna aplicación y,  por último, se dejó un lote testigo de barbecho sin ningún tipo de tratamiento como el peor de los escenarios.

Respecto a los resultados obtenidos, Vélez manifestó: “en la aplicación selectiva realizada sobre la parcela de triticale como cultivo de cobertura se obtuvo un ahorro de herbicida del 60% y un control efectivo de maleza -en este caso yuyo colorado- que alcanzó el 80%”. “Este ahorro es aún mayor si se considera que con el cultivo de cobertura nos ahorramos hasta dos aplicaciones durante su ciclo”, valoró el especialista.

En la imagen del lote experimental en donde se llevó a cabo el ensayo se pueden observar las parcelas (de izquierda a derecha) con los diferentes tratamientos: barbecho químico, cultivo de cobertura, y cultivo de cobertura sin aplicaciones.
El cultivo de cobertura, aliado fundamental de la agricultura de precisión

De acuerdo con Ustarroz, la estrategia empleada en este ensayo con una correcta rotación que incluyó el triticale como cultivo de servicio “resulta interesante porque permitiría ahorrar hasta dos aplicaciones de herbicidas y además deja el lote en condiciones óptimas -con baja infestación de malezas-, para que esta tecnología de aplicación selectiva manifieste su máximo potencial medido con el control efectivo y el ahorro de insumos”.

Estas ventajas se suman a los beneficios que aporta el cultivo de triticale al suelo, a la eficiencia de uso del agua y lo netamente productivo, esto último en el caso de que no sea necesario cortar con ciclo para la siembra del cultivo siguiente.

Fuente: INTA Manfredi

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